El pluton de aluminio

Era una tarde de otoño yo estaba sentado en el, en mi oscura y maltratada oficina escribiendo poesà­a mientras pensaba en como escapar de la golpiza de los matones de Esmaracto, por que como suele pasar les debo la renta; pero también pensaba en que era una mala ocasión para ser informante pues desde que regrese de Britania no he tenido un buen trabajo en meses y no he escuchado a tà­o decimo hablar de un trabajo, aunque sus trabajos son peligrosos siempre me recompensa bien; pero mis pensamientos se vieron cortados por un hombre que entro a mi oficina de forma agresiva y sin preguntar se sentó al frente mà­o y dijo:
- Buenas tardes Sr. Didio Falco, mi nombre es Petronila y provengo de Sicilia necesito de sus servicios.
- ¿En qué le puedo ayudar a usted...señorita? (respondà­)
- Mi hermano gemelo Petronilo fue asesinado hace un mes y las ùnicas pistas que dejo el asesino, fueron las palabras escritas con la sangre de mi hermano, que decà­an "i dus a eternus" y un listado de elementos que estaban en su mano izquierda.
- ¿Me podrà­a dar la lista? (pregunté)
La muchacha sin pensarlo me la dio y yo cuidadosamente empecé a leer la lista pero me sorprendió y al mismo tiempo que me erizo lo que contenà­a la lista pues tenà­a los cuatro elementos fundamentales para crear un cuerpo viviente, pero lo que me dejo aùn más extrañado el quinto objeto necesario de la lista pues este no cuadraba; además estaba escrito con sangre cuando los otros estaban escritos con tinta lo que me da a entender de que el ultimo objeto que escribió, lo escribió para que alguien lo pueda leer pero que sin que otro lo entendiera, un anagrama; entonces fue cuando pensé que esa mala fémina sentada al frente mà­o sabia más de lo que decà­a, y tenà­a que descubrir lo que ella escondà­a, para eso tenà­a que indagarla pero para que el proceso fuese más rápido le dije:
- ¿Sabe usted si su hermano le ocultaba algo?
- Sà­, Petronilo siempre estuvo obsesionado con la reencarnación de los dioses sobretodo con la reencarnación de Plutón y que el odiaba a este gobierno e incluso en una ocasión me menciono algo de derrocar al actual gobierno.
- ¿Dà­game él tenà­a muchos enemigos? (respondà­ a esa escasa respuesta)
- nunca tuve conocimiento de ello.
Después de la respuesta de ella un largo silencio en el cual pensaba en lo intrigante del caso y la dificultad con la que podrà­a descifrarlo; pero eso no me detuvo es más a sino uno de los ùnicos casos en los cuales harà­a de gratis solo por saber en qué termina; después de ese silencio me acerque a Petronila y le dije:
- Acepto su encargo, ¿Cuándo partimos a Sicilia?
- Mañana temprano, lo espero en el puerto.
En ese momento esa muchacha se levantó de su asiento y se dirigió a la puerta para salir pero antes de que saliera yo instintivamente corrà­ hacia ella, le agarre el hombro e indague:
- ¿Por qué es usted tan mala fémina?
Esta esbozo en su rostro una cà­nica sonrisa y luego me respondió:
- no prefiere que se lo cuente mañana en el barco, mientras también le cuento los adelantos y atrasos respecto a la investigación del asesinato de mi hermano.
En ese momento le solté el hombro a Petronila y deje que se retirase de mi oficina, mientras que yo regresaba al asiento de mi oficina y en voz alta pensé:
- me siento tan burlado de esa mujer u hombre, no estoy seguro si se ha burlado en mi cara, ella me está utilizando para algùn fin propio de ella, el cual no me enterado y solo mi diosa Minerva sabe por qué no rechacé este caso, apenas me di cuenta de que ella estaba jugando conmigo.
Después de la ida de Petronila a donde sea que esa se hospedase la noche estuvo muy tranquila lo que me dio suficiente tiempo para hacer unas maletas; hay de malas maneras y seguir escribiente mis poemas y odas hasta quedar inconsciente sobre el escritorio en donde dormà­ hasta que mi amigo Petronio toco a mi puerta y me dijo que saliéramos a beber unos cuantos tragos y sin titubear acepte diciendo:
- no voy a estar en Roma, una temporada será mejor que me tome unos cuantos tragos ahora.
- ¿vas a salir de Roma? - (pregunto con cara de sorpresa)
- Sà­, es que voy a investigar un asesinato que se dio en Sicilia hace aproximadamente un mes.
- Falco ¿De casualidad Petronilo no es el nombre del asesinado? - (pregunto con cara de cobardà­a)
- Si, ¿Por qué? - (respondà­ de malas ganas)
No habà­a terminado de decir estas palabras cuando de la nada Petronio me empujó a dentro de mi oficina y me sentó en una silla mientras él se sentaba en otra para que después con los ojos llenos de preocupación me dijese:
- Falco, te estás mintiendo en aguas peligrosas.
- ¿Por qué lo dices Petronio? - (pregunte ya contagiado de angustia)
- El asesinado pertenecà­a a una organización de llamada "i dus a eternus" la cual se creó ya hace cinco años y en ese corto tiempo se ha vuelto un problema para el gobierno.
- Pero Petronilo no era un lacayo - ¿Por qué lo mataron a él? - (pregunte en la misma desesperación de la conversación)
- no, él era uno de los là­deres y el que le dio el objetivo a esa organización.
- ¿cuál es el objetivo de los "i dus a eternus"? - (pregunte de forma desesperada)
- Su objetivo es el de que con la ayuda de las ciencias prohibidas que Hécate le dio Medea se creen unos cuerpos artificiales para que sirvan como recipiente de los dioses en especial de cuatro de ellos.
Trague corto y le pedà­ Petronio que hiciera una corta pausa para yo poder ir a buscar un vino y tomar mientras conversamos, pero esas palabras de Petronilo me inquietaron, como una
organización puede ser tan poderosa e ir en contra del gobierno; en fin con ese pensamiento rondando en mi cabeza regrese a donde estaba Petronio y le pregunte:
- Me puedes decir que dioses quieren traer a esta tierra de humanos.
- Se dice que tres de ello son varones y creo que se mencionaron que eran Plutón, Neptuno, y Jùpiter además creo que la deidad femenina; la mencionaron en una de las reuniones de los jefes de la guardia, mencionaron que la diosa que querà­an revivir era Juno.
- Pero, ¿Para qué revivir a estos dioses? - (pregunte ya a punto de gritar)
- Sencillo Falco, ellos quieren desestabilizar el estado utilizando a los dioses que la lealtad del pueblo sea cambiada y que en vez asà­ y de ser fiel a nuestro emperador Vespasiano se vuelvan fieles a los cuatro dioses mientras ellos mueven las cuerdas por atrás.
- ¿¡Es que acaso ellos quieren una guerra civil!? - (grite con tal fuerza que luego creà­ que todos me habà­an escuchado)
- Cálmate y respóndeme algo Falco, ¿ella no te habrá dicho algo raro o mostrado algo raro?
- Sà­, una lista que contenà­a los elementos que componen al ser humano, pero lo que me pareció raro es que, el asesinado escribió el Plutón de aluminio con sangre en esa lista en vez de escribir quien fue el asesino suyo.
- Falco, ¿quizá el Plutón ese es más importante que descubrir quién fue el asesino de ese señor?
- Petronio, ¿estás omitiendo información? -Cuéntame acerca de ello-.
- Falco, esto solo lo saben ciertas personas de la guardia, pero se dice que hace aproximadamente un mes un hombre entro al castillo de nuestro emperador y, que lo ùnico que se llevo fue el Plutón de Aluminio y dejo en el pecho del emperador una carta que decà­a "tergum tuum caput".
- ¿Acaso planean ir por la cabeza del rey? - (pregunte por preocupación como republicano)
- no Falco, ellos quieren desestabilizar el estado iniciando por su cabeza.
- Sabes algo Petronio mejor no me cuentas más de la posible desestabilización del estado, mejor cuéntame acerca de ese Plutón de aluminio. -(Dije con los ojo sollozos y llenos de preocupación)
- Se dice que el Plutón de Aluminio tiene parte del alma de Plutón en su interior; la cual fue arrebatada por Heracles cuando se encontró a Jesùs en el infierno, respóndeme algo M. Didio Falco, ¿tù crees que ese Plutón esta solo hecho de aluminio?
- La verdad sà­.
- El Plutón de Aluminio es solo un cobertor a un hermoso diamante el cual será usado y destruido en ese ritual, Falco te quiero decir algo recupera ese tesoro antes de que sea destruidos y consigue la lista de las cabeza de la hidra pues te aseguro que el emperador te recompensara el doble que esa mujer.
- Conseguiré la lista Petronio y dividiremos las ganancias.
- Ya es muy tarde, mejor me retiro.
En ese momento Petronio se levantó solo para darse cuenta que ya era muy tarde, incluso me atreverà­a a decir que ya nuestro dios helios estaba por hacer su entrada triunfal por el norte pero algo me saco de mis pensamientos y este algo era la mano de mi amigo Petronio, tocando mi hombro y con la otra alzando cuatro dedos y luego dijo:
- Solo cuatro cosas, primero no confà­es en esa mujer llamada Petronila ella es peligrosa; dos el "culpable" del asesinato fue un el esclavo más fiel a su amo, quiero que lo vayas a ver quizá tenga alguna información; tres tengo un amigo en la guardia de Sicilia por si te metes en algùn problema lo buscas, su nombre es Nocens; y cuatro ninguna palabra de lo que hablamos a Helena pero mándale el listado de los lideres a ella; ella sabrá que hacer.
- Lo tendré en cuenta.
Y al terminar tire a Petronio fuera de mi oficina y le cerré la puerta en la cara e inmediatamente camine hacia la cama para acostarme a dormir, no pude dormir en toda la noche intentando descifrar todo este rompecabezas; es que simplemente no podà­a entender a estas personas, a esta supuesta sociedad secreta y como de la nada me habà­a convertido en un doble espà­a; estos pensamientos rondaron en mi mente toda la noche y hasta el amanecer, y aun asà­ no lo descifraba, pero en fin tenà­a que ir al puerto asà­ que tome mis maletas y baje pero fui detenido por Lenia la cual me coloco una mano en el pecho y con unos ojos llorosos y preocupados me dijo:
- Falco, no confà­es en esa mujer que vino buscándote en la tarde esa mala fémina es en verdad un hombre.
- ¡Lenia!, ¿cómo te diste cuenta?
- A todas las personas que pasan por aquà­ le pido su contribución a mi negocio, pero esta mujer se levantó la toga y dejo su contribución como cualquier hombre.
- Tendré cuidado Lenia.

No podà­a decirle que no iba a tener cuidado después de todo yo creo que esta es la primera vez que Lenia ha demostrado preocupación por mà­; mientras pensaba en esto me escabullà­ desde mi oficina al puerto, me escabullà­ para evitar que los hombres del esposo de Lenia me golpearan por deber la renta; y cuando llegue al puerto me encontré con Petronila, la cual se estaba subiendo al barco y tenà­a una cara de impaciencia y cuando la llame, casi me mato su mirada; camine hacia el barco y lo aborde, cuando estaba dentro del barco me acerque a ella para que esta me contase más detalles sobre el "asesinato de su hermano" pero yo sabà­a que esta no me iba a responder algo si yo no preguntaba primero asà­ que de una manera directa, muy directa, le dije:

- Ya sé que tù no eres Petronila, tu eres alguien que usurpo su puesto.
- ¿Cómo lo descubriste?
- Esto es un intercambio de información, primero dime, ¿quién eres tù y por qué usurpaste el nombre de esta mujer?-
- Te diré la verdad yo soy el hermano gemelo de Petronila, yo soy Petronilo.
- ¡Si a ti te asesinaron hace un mes!
- No, al que asesinaron hace un mes fue a mi hermana; veras nuestra familia tiene una historia de que todos nacà­an gemelos, incluso llegaron a decir en la antigüedad que la muerte y el sueño protegà­an nuestra familia; después de un tiempo, cuando empezamos a ganar poder, nuestros padres empezaron a decir que de solo habà­a nacido uno cuando en realidad habà­an nacido dos y el segundo se convertirà­a en el escudo del primogénito y harà­a lo que quisiese el primogénito.
- Entonces ella fue asesinada haciendo que el asesino pensase que te mato a ti, Petronilo.
- Exactamente como usted lo dice detective. (Dijo de forma burlesca)
- Otra pregunta, ¿Por qué quiere que yo investigue sobre el asesino de su hermana? Si se descubrió quien fue.
- Es imposible que él la haya asesinado, él estaba bebiendo vino conmigo esa noche.
- Comprendo, en ese caso me retiro.
Pero el hombre no me dejo retirarme pues el agarro férreamente mi brazo izquierdo dejando imposibilitado de seguir caminando, para que me dejara seguir mi camino le pregunte:
- ¿Qué desea?
- Falco, quédese acompañándome solo falta una hora de viaje.
Y exactamente como él dijo en una hora desembarcamos en Sicilia en ese momento le pedà­ a el que me llevase a donde estaba el "asesino", el acepto y me llevo a la celda en donde él estaba recluido y me temo decir que hasta los vagos de roma se veà­an mejor que él; me acerque a la celda e intente hablar con él pero lo ùnico que me respondà­a era "Debenur morti nos nostraque"; después de un tiempo me rendà­ y me aleje de él pero cuando me aleje el saco sus brazos de entre las rejas y me empezó a estrangular y luego me dijo al oà­do "regresa cuando este de guardia Nocens en ese momento podremos hablar en paz"; y luego de un rato lo soltaron de mi cuello y siguió fingiendo demencia.
Al caer muy tarde, en la noche me levante de la cama del cuarto en donde me hospedaron y fui a la celda; cuando llegue allá un guardia al que me le acerque y torpemente le pregunte si su nombre era Nocens a lo que el acepto y yo le dije: - vengo de parte de Petronio y él me pregunto si querà­a ver al preso. Y me llevo allá en donde se encontraba el preso; luego Nocens nos dejó a mà­ y al prisionero mientras el salà­a a patrullar cuando me quede solo con el prisionero, yo le pregunte:
- ¿Qué querà­as hablar conmigo?
- Yo, no quiero hablar nada con usted, simplemente soy un mensajero que le va a entregar unos objetos y un mensaje de mi verdadero Dueño, Petronila.
- ¿Cuál es el mensaje?
- Señor informante, primero déjeme agradecerle por venir y segundo déjeme contarle lo que en verdad ocurrió el dà­a de mi "asesinato", la verdad yo tenà­a conocimiento de todos los actos de mi hermano y querà­a detenerlo, es por eso que planee todo esto, ese dà­a en la mañana hable con mi fiel sirviente, Fidelis, al cual le pedà­ que sacara a mi hermano a tomar vino para que mi hermano me dejara tomar su puesto mientras él no estaba yo tome un cuchillo y apuñale mi abdomen y luego corte mi garganta luego de eso tome con un dedo y escribà­ por encima de mi cabeza "I dus a eternus" y con mi otra mano escribà­ el Plutón de Aluminio para que mi hermano pensase que fue alguien de la su organización el que lo mando a matar; después de mi suicidio Fidelis tomo el cuchillo con el que me suicide y lo guardo entre sus cosas para que posteriormente sea encerrado en una cárcel y asà­ poder construir una ruta de escape junto con el guardia Nocens con el cual quiero que viaje a Roma y lleve los siguientes documentos, la lista de la hidra y un mapa de donde escondà­ el Plutón de aluminio; déjeme decirle que antes de que ocurriese esto yo le robe el Plutón de Aluminio a mi hermano y lo escondà­ a un lugar seguro, mil gracias Sr. Detective.
Justo después de culminar el mensaje, Fidelis me dio dos pergaminos hechos de hojas de papiro uno contenà­a un mapa a donde se encontraba el Plutón de Aluminio y el otro una lista de los nueve cabezas, incluyendo a Petronilo, de "I dus a eternus"; mientras observaba esto, Fidelis me introdujo a la celda junto con Nocens el cual me mostro un camino hacia el escape pero antes le irme le pregunte a Fidelis:
- ¿Por qué tu ama traiciono a Petronilo?
- Porque ella amaba la republica tanto como tù y yo.
- Ven con nosotros.
- "DEBEMUR MORTI NOS NOSTRAQUE" y yo soy parte de las pertenencias de mi amada ama.
Mientras me alejaba junto con Nocens, Fidelis oculto la entrada del escondite, luego me entere que se suicidó; seguimos caminado por él durante dos horas y luego caà­mos sobre un pequeño barco con el cual zarpamos hacia Roma pero aun habà­a algo que me intrigaba y Nocens era el indicado para responder mis preguntas; entonces que le pregunte:
- Nocens, ¿Sabes por qué no tomamos un barco o algo?
- Señor Falco, me temo que la mayorà­a de la isla pertenece a la revolución, es por eso que tuvimos que escapar con este pequeño bote.
-Vale, ¿en cuánto tiempo llegamos a Roma?
- Tres dà­as.
- Perfecto, lo primero que haré cuando llegue a Roma será visitar a tà­o decimo.
Y Haci fue estuvimos tres dà­as de viaje desde Sicilia a Roma; llegamos en la noche del tercer dà­a y lo primero que hicimos Nocens y yo, fue correr a la casa de tà­o Decimo y mostrarle los pergaminos que nos dio Fidelis y efectivamente uno de esos pergaminos contenà­a los nombres de las nueve cabezas de la hidra, entre los cuales estaba la mano derecha del emperador y el cenador más antiguo; y el otro pergamino contenà­a información acerca de lo que habà­a ocurrido con el Plutón de Aluminio, ella lo destruyo para que la revolución nunca se llevase a cabo y como ocurrió cuando resolvà­ un misterio acerca de un homicidio en Britania fui bien recompensado por supimos quien fue el asesino, que posteriormente tuve que partir con Petronio a donde su primo, porque no me quedo tanto fondos económicos, como pagar la renta; porque tuve que darle a la viuda de mi hermano y darle un poco a mi mamá; Helena casI me mata por irme a Sicilia sin avisarle pero al final todo se arregló.
Han pasado dos años después de la destrucción de "I dus a eternus"; mataron a todos sus là­deres, solo escapo Petronilo, todos fueron sacrificados al circo romano un espectáculo al cual asistà­ junto a mi querida Helena.
Después de salir del coliseo un hombre me toco el hombro y me dijo:
- Esto no se acabara asà­, por que los dioses somos eternos.
Luego de eso me fije que tenà­a una nota en una sandalia me agache y observe la nota la cual decà­a "ANCEPS Hydra ego novissimus, et abscidit caput omne nascetur tres".
Pero antes de que aquel hombre se fuese lo agarre por el brazo y para mi sorpresa era Petronilo; el me intento atacar para escapar pero en el forcejeo se acercaron dos guardias los cuales se dieron cuenta de quién era el y por esta razón se lo llevaron arrestados pero luego de su arresto solo duro medio dà­a en prisión pues después lo lapidaron y mientras ese hombre morà­a a piedras yo grite:
-"ANCEPS Hydra tandem moritur"-




Short story by senegoid ademordna
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Written on 2011-12-07 at 05:37

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